octubre 1, 2020
Gestión de Lesiones
Salud y Bienestar
Rendimiento Deportivo
Una nueva herramienta para controlar la carga muscular en futbolistas
El jugador de fútbol profesional tiene unas características fisiológicas particulares que le permiten correr una media de 10-12 km por partido y ser capaz además de acelerar hasta alcanzar velocidades de más de 30 km/h desde situaciones casi estáticas. Ello hace que aquellos grupos musculares con mayor implicación en los procesos de aceleración y desaceleración, como los isquiotibiales, sean más susceptibles de lesionarse (representan el 12-16% del total de lesiones).
Una de las razones por las que esta zona es más sensible a lesionarse podría deberse a la composición de sus fibras musculares. Los isquiotibiales tienen una elevada proporción de fibras tipo II o también llamadas rápidas,1 las cuales, debido a diferencias estructurales y metabólicas con respecto a las fibras tipo I, las hacen más vulnerables al daño por estrés mecánico.2 Por ello, conocer cómo responden los tipos de fibras musculares a la carga de trabajo podría ayudar a prevenir el riesgo de lesión.
Existen análisis de sangre tradicionales que miden biomarcadores como la creatina kinasa (CK) que relacionan la respuesta muscular (en concreto, el daño muscular) con la carga de entrenamiento en jugadores de fútbol,3 pero la información que aportan es limitada y, además, su lectura no diferencia entre tipos de fibras. En relación a ello, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Barcelona,4 mostró que la concentración en sangre de isoformas rápidas y lentas de miosina podría ser un marcador fiable de daño muscular inducido por el ejercicio, pudiendo asimismo diferenciar por tipo de fibra y grado. De esta manera, la isoforma de miosina rápida sería característica de las fibras tipo II, mientras que la lenta lo sería de las fibras tipo I. En esta misma línea, Carmona y colaboradores han visto que después de un ejercicio con un elevado componente excéntrico, realizado con un dispositivo isoinercial, aumentan los niveles de miosina rápida, mientras que en deportes de resistencia como una ultra-maratón lo hacen los niveles de isoforma lenta, lo que confiere a la técnica la capacidad de distinguir entre tipos de fibras y especialidades deportivas. 5,6
Un punto a destacar es que el análisis de las isoformas puede ser sensible a la hora de detectar lesiones musculares de grado I (pequeña rotura de fibras) las cuales son difíciles de diagnosticar a través de resonancia magnética o ecografía. Sin embargo, un detalle a tener en cuenta es que la técnica tradicional de laboratorio (Western blot) empleada para analizar las isoformas de miosinas es lenta y no muy sensible, lo que no ha permitido implementarla de forma práctica en el deporte profesional.
Por ello, una investigación llevada a cabo por miembros del FC Barcelona y de la Universidad de Barcelona,7 ha utilizado una técnica más rápida y precisa (ELISA) que los métodos tradicionales y ha medido los niveles de miosina en sangre durante una temporada en el Sporting de Gijón. Además, midieron las concentraciones de CK y lactato deshidrogenasa (LDH) con el fin de comparar la evolución de miosina con la de biomarcadores utilizados tradicionalmente para la monitorización de los jugadores.

El patrón de comportamiento tanto de la miosina rápida como de la lenta a lo largo de la temporada fue similar (tabla 1). En el primer mes de pretemporada disminuyeron sus concentraciones (agosto) y aumentaron de forma significativa al inicio de la temporada (septiembre), coincidiendo con el aumento de carga física. Este aumento no fue cuantitativamente el mismo, ya que estos tipos de fibra se dañaron en diferente grado, como indica el ratio de la tabla II (que muestra un mayor daño de las rápidas). Posteriormente, los niveles de ambas isoformas disminuyeron significativamente a pesar de que la carga de entrenamiento se mantuvo, lo que indica una adaptación muscular al entrenamiento.

En cambio, el comportamiento de la CK y LDH fue diferente. Los valores de CK y LDH mostraron una subida al inicio de la pretemporada, y volvieron a los niveles basales a lo largo de la misma. En este caso parece que estos son los primeros marcadores séricos en aparecer cuando aumenta la carga de trabajo muscular, reflejando un proceso inflamatorio localizado en la membrana de la fibra anterior a la disrupción de la propia fibra. Si finalmente su estructura se daña completamente, se liberaría miosina a la sangre, proceso que ya podría medirse con las isoformas de miosina.
De esta manera medir los niveles séricos de las isoformas de la miosina puede convertirse en un procedimiento que ayude a mejorar los procesos de monitorización del entrenamiento y la competición. Los investigadores afirman que con ella “se pueden detectar alteraciones en la estructura del sarcómero”, lo que podría ayudar a evitar un daño mayor durante la temporada. En un futuro próximo, si se acortan los plazos de análisis de las muestras sanguíneas, se podría identificar el impacto del entrenamiento y los partidos en cada tipo de fibra, ayudando a controlar el grado de daño y evitar así la progresión de la lesión a los grados II o III, que pueden apartar a los jugadores de la competición.
BIHUB team
Referencias:
- Garrett WE, Califf JC, Bassett FH. Histochemical correlates of hamstring injuries. Am J Sports Med. 1984;12(2):98-103. doi:10.1177/036354658401200202
- Qaisar R, Bhaskaran S, Van Remmen H. Muscle fiber type diversification during exercise and regeneration. Free Radic Biol Med. 2016;98:56-67. doi:https://doi.org/10.1016/j.freeradbiomed.2016.03.025
- Nédélec M, McCall A, Carling C, Legall F, Berthoin S, Dupont G. Recovery in soccer. Sport Med. 2012;42(12):997-1015.
- Guerrero M, Guiu-Comadevall M, Cadefau JA, et al. Fast and slow myosins as markers of muscle injury. Br J Sports Med. 2008;42(7):581 LP – 584. doi:10.1136/bjsm.2007.037945
- Carmona G, Guerrero M, Cussó R, et al. Muscle enzyme and fiber type-specific sarcomere protein increases in serum after inertial concentric-eccentric exercise. Scand J Med Sci Sports. 2015;25(6):e547-e557. doi:10.1111/sms.12363
- Carmona G, Roca E, Guerrero M, et al. Sarcomere Disruptions of Slow Fiber Resulting From Mountain Ultramarathon. Int J Sports Physiol Perform. 2015;10(8):1041-1047. doi:10.1123/ijspp.2014-0267
- Guerrero M, Carmona G, Rodas G, Cadefau JA, Maestro A, Cusso R. Assessment of muscle fiber adaptation in footballers using a new ELISA assay of myosin isoforms. J Sports Med Phys Fitness. 2019;59(11):1828-1834. doi:10.23736/S0022-4707.19.09463-5
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