Los avances de la tecnología y la aplicación de la ciencia cada vez permiten descifrar con mayor precisión todo lo que ocurre sobre un terreno de juego durante partidos y temporadas completas. En este caso, la teoría de redes aplicada al fútbol es, simplemente, un método más para obtener información adicional sobre un partido de fútbol.
Javier Martín explicó en una charla en La Masía las conclusiones de la investigación Defining a historic football team: Using Network Science to analyze Guardiola’s F.C. Barcelona firmada por Xavier Busquets, I. Irigoyen, Paco Seirul·lo y él. Este uso de la teoría de redes habilita una nueva herramienta para valorar el juego de un equipo que puede servir para establecer estrategias: “Te va a dar un punto de vista más y luego el técnico decide, a lo mejor aciertas con menos información, pero para tomar buenas decisiones siempre necesitas la mayor información disponible y tener en cuenta el mayor número de factores que han influido en el resultado final”.
Este nuevo sistema consiste en la búsqueda de patrones a partir de la interacción de los jugadores. Los nodos (futbolistas) se relacionan entre sí mediante el pase, lo que crea una estructura superior. Según cuántos pases salen de cada nodo, desde dónde y con qué promedio y eficacia, se pueden analizar los diferentes sistemas que se han establecido, definir los patrones y los datos, resultados, que genera cada uno de ellos. Una información que sería útil para el cuerpo técnico.
El método de cálculo parte exclusivamente de los datos que aportan los pases que se producen durante un partido. Se registra el momento en el que se producen, el equipo y el jugador, las coordenadas del pase, el receptor y las coordenadas del siguiente pase. Cada pase es una conexión entre dos jugadores, si se repite, aumenta el peso de esa conexión.
Esto significa que las redes que se calculan son dirigidas y pesadas, esto es, que cada conexión tiene una flecha de dirección y un volumen, número de pases entre mismos nodos que aporta un mayor o menor grosor. En definitiva, con todas estas variables, se halla el centroide de la red, que es la situación promedio desde la que han ocurrido todos los pases, lo cual no se traduce en la posición de los jugadores necesariamente, aunque guarde relación. Es, simplemente, un coeficiente.