Papel del sistema inmune en el rendimiento deportivo
El sistema inmunitario es el sistema de defensa de nuestro organismo contra cualquier elemento extraño como virus, bacterias y hongos.
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únete ahoraEl origen del brote del virus SARS-CoV-2 (COVID-19) a finales del 2019 ha desencadenado una serie de acontecimientos que presumiblemente van a cambiar muchas de las cosas que hasta entonces considerábamos normales en nuestro día a día. Debido a la elevada contagiosidad del virus (1), muchos países han tenido que frenar en seco su actividad con el fin de atenuar su transmisión y no sobrepasar la capacidad de los sistemas sanitarios.
Por ejemplo, la mayoría de las ligas y competiciones deportivas han tenido que ser suspendidas o canceladas desde principios de marzo de 2020. Mientras las diferentes autoridades competentes deciden cómo y cuándo se van a reanudar los entrenamientos y competiciones, los departamentos médicos vienen trabajando en el desarrollo de guías de trabajo, como la publicada en la revista especializada Sports Health (2), que tienen como objetivo orientar a las entidades en el manejo de diferentes escenarios. De esta manera se busca reducir el riesgo de contagio de los jugadores y trabajadores de los clubes y, en el caso de que enfermen, conocer las pautas de actuación y tratamientos disponibles, así como saber cuándo podría ser más seguro regresar a la actividad después de la infección.
A pesar de que los deportistas tienen menor riesgo de desarrollar síntomas graves como resultado del COVID-19, ya que no presentan comorbilidades asociadas como hipertensión u obesidad (3), las estrategias de prevención son necesarias por varias razones. En primer lugar, para evitar que sirvan de vehículos de transmisión del virus, reduciendo el riesgo de contagio a población más susceptible de tener efectos adversos graves, como personas mayores o inmunodeprimidas. Los individuos asintomáticos, aquellos que están incubando el virus y no presentan síntomas, son los menos manejables porque pueden propagarlo sin saberlo (4). De esta manera, por el hecho de ser deportista y joven, en el caso de que se contagie, es probable que solo tenga síntomas leves o incluso sea asintomático, lo que puede elevar el riesgo de contagio a otras personas. Por esta razón es tan importante seguir las recomendaciones para mitigar las posibilidades de contagio a otras personas.
Por otro lado, si el deportista enferma, interrumpirá su entrenamiento y afectará a su estado de forma (2). A pesar de que no existe un riesgo elevado, algunos autores especulan que el virus podría tener consecuencias en órganos como el corazón, el pulmón, el hígado, los riñones, la sangre y el sistema inmunitario (5,6), lo que hace necesario ser cautos a la hora de tomar decisiones que minimicen los posibles efectos del virus. En este sentido, las siguientes medidas de prevención pueden ayudar a reducir el riesgo de contagio:
El periodo de incubación del virus es de aproximadamente 14 días, y los síntomas más comunes son fiebre, fatiga, tos seca y mialgias (12). Además, algunos pacientes pueden tener parámetros bioquímicos alterados, como niveles elevados de lactato deshidrogenasa, ferritina o interleucina-6 (12,13), lo que puede reflejar una respuesta hiper-inflamatoria. Sin embargo, el riesgo de desarrollar complicaciones graves o de ser hospitalizado en personas de entre 18 y 45 años es bajo (inferior al 10%) (14). Por lo tanto, un deportista sin factores de riesgo asociados e infectado por el virus es probable que experimente una enfermedad similar a la gripe (2). Así, la principal medida recomendada es el manejo de los síntomas y el reposo (2).
De esta manera, en caso de que el deportista diese positivo o se sospechara que pudiera tener la enfermedad, se recomienda el aislamiento en casa siempre que los síntomas no fuesen graves.
Las autoridades recomiendan suspender el aislamiento en base a dos estrategias en función de la disponibilidad de recursos. En el caso de que se puedan llevar a cabo pruebas, el aislamiento se podría interrumpir siempre que se cumplan los siguientes criterios:
En el caso de que no se disponga de tests específicos, los criterios a cumplir serían los siguientes:
El impacto que puede tener esta pandemia a nivel psicológico para los deportistas todavía no se conoce, ya que, si al componente de alarma social e incertidumbre, se le suma la suspensión de competiciones o el retraso de la celebración de los Juegos Olímpicos con lo que eso supone para personas que llevan trabajando años con la mente puesta en ese objetivo, el resultado es una suma de emociones que puede desembocar en situaciones de estrés o ansiedad. Por esto, los responsables médicos y psicológicos de los clubes o entidades deberían anticiparse y facilitar herramientas que ayuden a controlar en la medida de lo posible esta nueva realidad.
Cuando las autoridades sanitarias decidan levantar las restricciones y permitan la vuelta a la actividad deportiva, esa situación debe ir también acompañada de protocolos de prevención y seguimiento de riesgos por parte de clubes y entidades que tengan como objetivo evitar un repunte del virus. En este sentido, si un deportista presentase síntomas de COVID-19, los compañeros, técnicos o trabajadores que hayan tenido contacto con el deportista deberán comenzar un periodo de aislamiento hasta que se confirme el caso. Si resultase positivo, el aislamiento se debería extender durante 14 días (2). En cambio, si es negativo, podrían volver a la actividad diaria normal.
Por otro lado, sería interesante implementar medidas de control diario de temperatura en los accesos a las instalaciones de entrenamiento, ya que la monitorización de la fiebre puede reducir la incidencia de la enfermedad (15).
El objetivo a día de hoy sigue siendo atenuar la curva de la pandemia y no tomar decisiones aceleradas que nos devuelvan al punto de partida. Por ello, las autoridades deportivas deberían seguir focalizándose en preservar la salud tanto de sus deportistas como de la sociedad en general, e ir anticipando modelos de actuación que permitan que el regreso a la actividad sea lo más seguro posible y siempre en base a las recomendaciones de las administraciones sanitarias.
Adrián Castillo
REFERENCIA
Un editorial publicado en la revista The Orthopaedic Journal of Sports Medicine —en el que han participado miembros de los servicios médicos del club— propone considerar la arquitectura íntima de la zona afectada, valorar a la matriz extracelular como un actor fundamental en el pronóstico de la lesión.